Hoy tengo el placer de presentaros a mi nueva compañera de viaje. Ella es Dolores, de apellido Musculares. Parece que Dolores llega para quedarse, se suma a la lista sin pedir permiso, sin que yo elija nada. ¡Qué lista eres, Dolores! De repente, ¡pam!, ya estás aquí.

Tendré que adoptar a un perro más listo que Leo, porque desde luego, se cuela quien quiere aquí...

Aunque fue en agosto cuando me dijeron oficialmente que Dolores sería mi nueva compañera —se ve que gustó y ha venido para quedarse— no será hasta diciembre que sabremos (espero) cómo convivir con ella. Me explico (parlant clar i català): todo en este sistema capitalista, gobernado por personas que priorizan autopistas a salud, así, por decir algo… Todo se hace despacio. Todo lo que implique invertir dinero en algún sector que no rinda económicamente a su gusto, nuestros queridos corruptos gobernantes, cuesta. Prometer es gratis, por eso se lleva tanto. Hacer ya tiene un coste… por eso se pospone, y rara vez llega.

Un sistema donde la salud es pública, cubierta por los impuestos que pagamos quienes formamos parte de él. Claro, la culpa es de la gente que se aprovecha, o de los inmigrantes… claro. Yo no busco culpables, no busco señalar. Busco soluciones. Si no hay personal suficiente porque somos muchos, pues quizás, en lugar de recortar, toca invertir.

Así, poc a poc i bona lletra. Y con menos ego y dinero en el bolsillo. Que aquí, el pueblo trabaja para sostener algo más que vuestros sueldos.

Sin rencor(es), con Dolores.

Que asco dáis.

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